Un virus para contagiar la risa
Coronavirus. Co-ro-na-vi-rus. Corona, virus. Está en todas partes. No el propio virus, sino la información sobre este. Supermercados vaciados como si llegase el apocalipsis zombie, farmacias que no pueden proveer a los recién trasplantados de mascarillas y, en general, mucha histeria colectiva. La sobre dimensión en medios y el miedo a lo desconocido han provocado que el Coronavirus esté en boca de todas. No de forma literal. Pero casi. Y es que si nos tomásemos un chupito por cada vez que hemos oído esta palabra en el último mes probablemente acabaríamos antes con nuestro hígado sacando bandera blanca que infectadas por el propio virus.
Pero también ha traído otras cosas positivas, como una pequeña obsesión bien sana por lavarse las manos, o la apuesta por el teletrabajo, modelo por el cual siempre hemos apostado en
HeadTeam. Además, ha puesto sobre la palestra temas tan importantes como la conciliación familiar o la importancia de la sanidad pública. Y memes. Muchos memes.
Poco tiempo han tardado los adelantados de #Twitter en hacerle un propio perfil al susodicho,
@CoronaVid19. En escasos días la cuenta ha superado los 564 mil seguidores. Y también le ha salido competencia. La gripe común, @Gripe_Comun, le sigue con 101,1 mil seguidores. Actualidad minuto a minuto y humor ácido, pero sin caer en la frivolidad, las claves de este fenómeno viral.
Una tendencia cogida a tiempo
Las marcas no se han quedado atrás. Hablar del tema que es tendencia puede ser una buena manera de conectar con tu público. Pero cuidado, hay que saber hacerlo y tiene que cuadrar con tu marca. Porque sino puedes caer en auténticas contradicciones. Pensemos en esa empresa con un porcentaje reducidísimo de mujeres en plantilla que luego grita a los cuatro vientos lo feminista que es el 8m. Tampoco tendría sentido ser una marca de cosméticos que teste en animales y el 4 de octubre felicitar con entusiasmo el día mundial de los animales. Seguir estas dinámicas se pueden volver en tu contra muy rápido. Spoiler, en la era de la hemeroteca virtual nadie olvida, te van a delatar.
Por otro lado, además de las empresas que predican mensajes que luego no practican, están aquellas que, sin necesidad de ir en contra del tema en cuestión, simplemente no cuadra en su discurso. Es necesario apostar por la coherencia de una marca y saber cuando algo simplemente no va contigo. En la relación con tu publico, como en el resto de relaciones, mejor no forzar nada.
Ahora bien, si te vas a unir a la tendencia del momento, hay que saber cómo hacerlo. En este caso hay dos factores vitales: el timing y el tono. El timing, porque no tiene sentido unirse al tema cuando ya no está candente o cuando ha tomado unos carices demasiado serios. Saber meter el pie por la puerta en el momento adecuado marcará la diferencia entre ser relevante o caer en el olvido más ingrato, que diría Kase.O.
La forma en la que entres también importa. No es lo mismo meter el pie, asomarte y sorprender, que dar unos golpecitos tímidos en la puerta, que abrirla de par en par con una bengala. Cómo hacerlo muchas veces tiene más que ver con el sentido común, que con el marketing.
Sky España ha sabido colarse en la habitación a tiempo con unas gráficas que visten la ciudad y se meten en la conversación pero no la contaminan, y también un poco de humor en redes.
Más vale prevenir, que mal marketing viral
En el otro lado de la balanza tenemos a Uber, que ha pisado rueda para sacar una promoción de «Uber Eats» a costa del virus. «Te regalamos 90% de descuento para que disfrutes esta semana con tu primer pedido en Uber Eats. Descárgate la app e introduce el código NOTELAJUEGUES en el apartado de promociones de la app», rezaba el anuncio. Pocas horas después Twitter se inundaba de criticas de lo evidente: igual no es muy buena idea frivolizar con el tema e intentar sacar rédito de forma tan descarada. Además, lo que en principio podía parecer una buena estrategia de incremento de ventas a corto plazo, no ha hecho más que reforzar en el imaginario colectivo lo evidente: «A Uber le dan igual sus riders».
La red social se ha llenado de comentarios señalando lo contraproducente de cara a prevención sanitaria de enviar a una persona de casa en casa y la falta de preocupación por sus trabajadores por parte de la compañía. Uber, en sus propias palabras, se la jugó. ¿Y cómo le ha salido? En términos de imagen de marca, no muy bien, a menos que busque perpetuar la idea de «explotación laboral» con la que generalmente se le asocia. Igual lo que se tendría que haber quedado en casa es la visión cortoplacista. Mejor habría sido que alguien pisase el freno a tiempo antes de regodearse en la idea de poner en juego a los riders. Como veis, el Coronavirus nos está trayendo muchas cosas, incluso lecciones de marketing.
Sara,